No le falta razón.
En este mundo que nos ha tocado vivir hay mucha gente que tiene muy poco, o no tiene siquiera lo mínimo necesario para poder vivir, y hay unos pocos que tienen mucho más de lo que necesitan. Los poderosos acumulan las riquezas y manejan la economía, los gobiernos, los medios de comunicación, los ejércitos... para que todo siga así, para que nadie amenace su poder.
Pero algunos creemos que, para poder cambiar el mundo es imprescindible la esperanza. Si no tenemos esperanza, si solo existe la oscuridad y la tristeza...¿para qué hacer ningún esfuerzo por cambiar las cosas? ¿para qué vivir siquiera?
Creemos que, en medio del dolor y la miseria, podemos encontrar también la solidaridad, la alegría, los sueños, la felicidad incluso.
El mundo está oscuro como una noche cerrada, pero en mitad de esa noche negra se enciende una cerilla. Es la luz de una persona buena, de un proyecto solidario, de una iniciativa pequeñita que trata de mejorar el mundo.
Es una luz chiquita, humilde, pero si te fijas, no está sola, hay otras muchas. Son miles, millones de luces en la oscuridad.
Así que nos hemos propuesto buscar esas luces, comprobar si son pocas o muchas y si son capaces de despertar nuestra esperanza.
Empezamos rescatando el ejemplo de Las Patronas, un grupo de mujeres humildes que se buscan la vida para hacer llegar comida y agua a los inmigrantes ilegales que atraviesan México apiñados sobre los trenes, camino del sueño americano.
Después de ver el documental, alguien comentó que aquellas mujeres vivían también en la pobreza. Pero es que, muchas veces, los ejemplos nos muestran que son las personas que menos tienen las que comparten con más facilidad lo poco que tienen, las que son más solidarias.
Luego, también conocimos el caso del "Biblioburro", y de como Luis Soriano puso en marcha esta iniciativa para llevar la lectura a los niños de la sierra en Colombia.
Luego, también conocimos el caso del "Biblioburro", y de como Luis Soriano puso en marcha esta iniciativa para llevar la lectura a los niños de la sierra en Colombia.
Me parece que vuestro viaje es muy interesante y nos sirve a mucha gente que necesitamos la esperanza en medio de tanta tristeza y dolor, de tanta crisis.
ResponderEliminarTal vez, lo que pasa es que queremos que el mundo cambie ya, de golpe, por completo. Y eso es imposible. El mundo cambia despacito, paso a paso, y cacho a cacho.
Cada uno de los ejemplos que señaláis está cambiando el mundo más cercano, el mundo de esas personas concretas que ahora tienen luz en sus chabolas, o de esos niños que tienen un libro de cuentos que leer, o de los inmigrantes que tienen un bocado que echarse a la boca, o las vecinas que pueden moler el maiz con sus bicimaquinas.
Si todos hiciésemos algo por cambiar el mundo más cercano, ya lo habríamos conseguido.
Gracias por regalarnos estas historias de esperanza.
Desde mi punto de vista personal, sin duda alguna lo que más me impactó de esta entrada, fue el video del tren de las moscas.
ResponderEliminarSin duda alguna lo que más me impacta es la sinceridad de las mujeres que al repartir comida a personas inmigrantes y que van rumbo a un largo viaje, y que se puede ver reflejada en la cara de aquellas mujeres, en la forma en la que dan y la alegria y satisfacción que reflejan es sus rostros cuando realizan estas buenas acciones.
Es que cuando se ve a personas que viven en la pobreza y se ve como ayudan a otras personas que no tienen medios, yo pienso que son y están mas felices que si tuviesen grandes fortunas y eso es un ejemplo de admiración de querer y que deberian seguir el resto de la sociedad y del mundo haciendo estas labores, que estos necesitados hacen hacia su projimo.
Yo soy Antonio el pesimista y doy un voto por toda esta gente que lucha por esta causa.
ResponderEliminarGracias!!!
Despues de ver estos docomentales,me impacto lo de las patronas ,gente que menos tienen y es los que dan de lo poco que tienen sin pedir nada acambio, y lo dan con todo cariño y de corazón.
ResponderEliminarQue Dios los bendiga.