Cinco personas sin techo en Cádiz cuentan cómo se vive en la calle

1 comentario:

  1. Cuatro paredes no forman un hogar. Un hogar es mucho más que eso. Y depende, fundamentalmente, de las personas que lo habitan.
    En las calles que compartimos conviven tantas miradas como personas y me duelen esas que a algunos os hacen bajar la cabeza. Deberían doler al que las lanza, porque la miseria es suya.

    Algunas cosas no son fáciles de ver y a otros muchos les da miedo mirar, simplemente. Eso no tiene que frenar lo que está en nuestra mano para buscarle al día su parte bonita.

    Puedes pintarte corazones en la cara y regalar una sonrisa o puedes dejar que venga alguien y te haga sentir como si te los pintara, con un gesto o una mirada. Puedes caer y levantarte sólo o puedes coger la mano que, seguro, alguien te tiende en algún momento.

    Creo que la verdadera fortaleza no está en mantenerse en pie, sino en levantarse las veces que haga falta para sentir que uno es capaz de hacerlo.
    Creo que la verdadera grandeza no está en hacerlo uno por sí mismo, sino en saber reconocer la mano amiga y agarrarse cuando se necesita.

    No perdáis la fe en las personas. A muchas nos dolería, si lo hacéis!!

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