A pesar de todas las cosas ocurridas entre mi padre y yo, era mi padre y lo quería, y fuera parte también, habia sido mi amigo. Compartí con el algunas cosas y noches buenas. Saliamos los dos juntos y le gustaba estar conmigo.
Paso un tiempo y mi madre tambien enfermó. La enfermedad cada vez iba a más, y mi madre se fue consumiendo como una vela. Entre mis hermanas y yo la cuidamos todo lo que pudimos, pero no se pudo hacer nada y murió.
Yo sabía de antemano que cuando ella faltara empezarían a venir muchos problemas y que perdería la casa donde vivía con ella. Cogí un dinero que me ofrecio la dueña, pues era una casa de alquiler.
Me fuí a Canarias, a Lanzarote, a Playa Blanca un pueblecito muy bonito. Allí no conocía a nadie pero me fue fácil hacerme rapidamente de un grupo muy bueno de amigos.
En el tiempo que estuve allí, España gano la Eurocopa y la celebracion fue digna de recordar. También canté con mi inseparable guitarra en varios restaurantes, y en la playa con los amigos. Sacaba algo de dinero cantando, pero gastaba mucho y, claro, se termina.
Así que me tuve que venir a Cádiz, y empezo el calvario, el ir de un lado para otro, de casa en casa. Hasta de okupa estuve. También dormí una temporada en la playa. Tenía mi tienda de campaña y, dentro de lo malo, no estaba tan mál.
Pero ya estaba bebiendo en exceso y no controlaba.
Eché mano de la guitarra y empeze a tocar por las terrazas de los bares. Al principio ganaba poco, me conformaba con tener para la cerveza, el tabaco y otras sustancias. Pero llegó el momento en que toque fondo y no me lo pense más.
Me fui a un centro religioso, "Reto" de Cordoba, y estuve tres meses. Luego me fuí a uno de la Junta, Fadais, en Cartalla, Huelva, pero a los tres meses y medio tambien me fui.
En verdad me fuí para recuperarme un poco fisicamente y quitarme de la calle una temporada. Mi verdadero proposito no era dejar el alcohól.
Pase un año buscandome la vida muy bien con la guitarra. Le cogí el truco y tocaba al medio dia y por las noches tambien. Fuera parte me vino el salario social y alquile una habitación.
Pero todo lo que ganaba, que no era poco, me lo gastaba en lo mismo: el alcohól.
Hasta que a finales de Noviembre el salario se termino, me lo gaste todo y me volvi a ver en la reonda calle.
(Continuará)
Miki