Despedida a un gran amigo (para Miki)

Éramos jóvenes, soñadores, fuertes, orgullosos.
Pero habia un enemigo entre los dos.
No era muy fuerte ni muy grande, pero, al fin, incluso con nuestra fuerza, nos ganó.
Su nombre no se me olvida, se llama alcohol.
Para que veáis que fuerza tiene.
Risas, alegrías, buenas fiestas y juerga... todo para, al final, terminar con resacas, mal estar, mal aliento.
Nos habíamos pasado otro día de felicidad y otra vez a coger la guitarra, meternos al bar y empezar a beber de nuevo. Esa es la rutina diaria.
Igual que el mendigo que está en la calle pidiendo y todo el mundo lo mira. A nosotros nos miraban diferente porque vamos limpios y aseados. Pero, al final, somos como ellos.
Quiero despedirme de ese amigo porque el tiempo que hemos estado juntos he aprendido de él, me ha enseñado nuevos caminos, nuevas emociones.
Y le deseo que vuelva pronto. Aquí estaremos esperándolo con las puertas abiertas.
Estoy contento porque, con lo fuerte que es el alcohol, con la fuerza que tiene, nosotros hemos podido vencerle. Ahora si que somos felices y estamos contentos.
Un abrazo muy fuerte de un amigo y admirador tuyo.
Suerte con tu nuevo camino, cuídate.
Te apreciamos.
Con todo el amor del mundo.
Juan

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